A continuación, ofrecemos diversos testimonios de un religioso y jóvenes que participaron en la Jornada mundial de la Juventud. 

Cuando decidimos participar de JMJ Panamá 2019 como JUVI Renca, no teníamos muy claro cómo sería; se hizo difícil juntar el dinero, por lo cual varios se fueron quedando en el camino. Tampoco sabíamos con qué nos encontraríamos. Cada vez que se acercaba la fecha de viaje subía la ansiedad y la cabeza se nos llenaba de interrogantes sobre lugares, alimentación, personas con quienes nos encontraríamos, etc. Sin embargo, las expectativas eran altas y llenas de ánimo. Como se dice en buen chileno nos íbamos “a la buena de Dios”. Esta JMJ se compuso de tres grandes momentos. Una semana preparatoria o de misión. Un segundo momento de la Jornada propiamente tal, con actividades variadas de carácter religioso y cultural. Y el tercer momento (el más esperado), el encuentro con el Santo Padre. Quizás las dos experiencias que más me han marcado fueron, por una parte, la acogida y profundo encuentro con Cristo que tuvimos en la semana de misión (en la selva panameña). Parece cliché, pero en realidad los misioneros terminamos siendo misionados por las familias y comunidades de fe que nos acogían y nos expresaban su profundo amor a Dios y a su Iglesia. El otro momento, fue participar de diversas ceremonias, cultos y expresiones religiosas que demostraban la riqueza de nuestra Iglesia y cómo a pesar de las diferencias raciales, idiomas y culturas, tenemos un lenguaje común que nos da la acción del Espíritu Santo y la gran devoción a nuestra Madre. Son muchas experiencias y recuerdos que se quedan en la retina, pero si tuviera que resumir lo vivido en una fotografía es la de una Iglesia joven, con una vida consagrada que ha dejado su testimonio y semilla en el contacto con los jóvenes; una diversidad de carismas y la presencia constante de nuestra Madre María que hizo de anfitriona y custodia de este encuentro. Los peregrinos de Renca le damos gracias a Dios y a la Congregación por esta oportunidad e invitamos a que más se animen para JMJ Lisboa 2022. H. Javier Rivera, Renca.

La JMJ para mí significó una renovación en mi fe. El encuentro fraterno con cientos de peregrinos fue una experiencia de verdadera fe, donde en el centro estaba Cristo, y seguirlo a él era independiente del lugar de origen. Los peregrinos podíamos ser totalmente distintos, con distintas aspiraciones y realidades sociales, pero nos unimos para escuchar el mensaje de Jesucristo a través de las palabras del papa Francisco. Con está experiencia pude reencantarme con el amor de Dios por sus hijos, donde para él todos somos iguales. Fue un recuerdo constante de que todos los cristianos estamos llamados a transmitir el mensaje de amor del Evangelio, y dar testimonio de lo que en el bello y acogedor país de Panamá vivimos.  A través de los días en la JMJ, el Papa puso en el centro de nuestras reflexiones el Sí de María. Para mi esto fue revelador, porque su Sí fue una respuesta sin ninguna duda, un Sí lleno de confianza en las promesas de Dios. Con esto, hoy me siento llamada a seguir el ejemplo de María, y poder al igual que ella transmitir el mensaje del Evangelio, y como dijo el papa Francisco, ser “influencer” del mensaje de Jesucristo. Tras la JMJ, he podido reflexionar que la sociedad hoy en día, especialmente los jóvenes, somos cada vez más individualistas. Estamos en una cultura donde la tecnología se ha puesto en el centro de nuestras vidas, y somos cada vez más dependientes de ella. Pero, es de esta misma cultura de donde como cristianos nos tenemos que aferrar, y en vez de alejarnos de esta sociedad tecnológica, debemos aprovechar las redes sociales, y llevar el mensaje de Jesús a estas plataformas, poniendo siempre en el centro su amor que renueva. Hoy doy las gracias a Dios por la oportunidad que me dio de poder ser parte de la JMJ, porque esta experiencia de fe para mi fue renovadora. Hoy puedo decir que he vuelto a despertar mi fe, a través del potente mensaje que se nos entregó a todos los jóvenes del mundo. Katherine Soza, Macul.

“He aquí  la Sierva del Señor . Hágase en mí según tu palabra”. Este lema es el que nos ha guiado hacia esta jornada en el país de Panamá, donde nuevamente el Papa Francisco ha querido reunirse con los jóvenes de los distintos continentes.  ¿Cómo marca mi vida este bello lema? El Señor ha querido que cada uno de los que participamos de este encuentro seamos capaces de hacer una aceptación voluntaria y sin miedo, de  tener el coraje como María para aceptar la voluntad de Dios aún en medio de las inseguridades y desconocimientos. La jornada mundial ha significado para mí un nuevo llamado a encontrarme con Cristo desde las realidades cotidianas; me ha invitado a mirar el tesoro de nuestra fe como un regalo de Dios; me ha movido a vivir mi compromiso cristiano con mayor alegría a pesar de las dificultades que presenta la Iglesia.              Yo como  muchos jóvenes  se mantienen firmes en su fe y  hemos sido invitados por el Papa a ser el ahora de Dios en nuestra parroquia y en nuestra cotidianidad. Regresé a Chile con esperanzas y con ansias de construir el reino de Dios. La JMJ ha sido una  forma para encontrarme nuevamente conmigo mismo y con Dios. Jesús Alvarado, Ovalle.

Si pudiese resumir mi experiencia en esta JMJ sería como algo único, reconfortante y una gran recomendación para todo joven católico.  Es un encuentro único por la cantidad de experiencias que en solo dos semanas uno vive. Las celebraciones, juegos, compartir, comidas y personas nuevas son tantas que es al finalizar cuando uno recién toma conciencia de lo que ha vivido. Aquí el ser joven es algo muy importante, pues el ritmo del encuentro absorbe todas tus energías para poder vivir plenamente todo. Es reconfortante ya que en nuestra realidad muchas veces nos sentimos solos como católicos, dudando si habrá otros en este camino y es en la JMJ en donde nos damos cuenta de los millones de jóvenes alrededor del mundo creyendo en lo mismo y movidos por lo mismo.  Por último, conociendo el costo económico, es algo por lo que definitivamente vale hacer sacrificios e invertir tiempo en cuanta cosa puedan para reunir los fondos y sin duda no se arrepentirán. A pesar de las muchas cosas que como agente pastoral puedo vivir, pocas marcan y motivan como lo hizo la JMJ 2019. Los miles de momentos, aunque absorbían todas mis energías, me llenaban de experiencias que desde que llegué a Chile me ha urgido compartir. No con un afán de hablar de mí, sino de lo que he visto en Panamá: a miles de jóvenes que representaban a millones en sus países, cada uno gritando que somos la juventud de Cristo. El encuentro con todos los jóvenes católicos reunidos nos recuerda también que existen muchos más que aun no escuchan la buena noticia y que necesitan a Jesús, por lo que debemos esforzarnos más que nunca en llegar a cada uno de ellos. Por último, el Papa nos ha dejado una gran misión a través del DOCAT; debemos discernir qué hacer en nuestro contexto y poner manos a la obra, para poder decir con todas nuestras fuerzas “En comunidad y servicio, construir un mundo nuevo”. Martín González, Viña del Mar.